McCarthy nació en Rhode Island y pasó la mayor parte de su niñez cerca de Knoxville, Tennessee. Su padre era abogado y él el tercero de seis hermanos. Cursó estudios superiores en la Universidad de Tennessee, aunque no llegó a graduarse, y sirvió cuatro años en el Fuerza Aérea. Según él mismo cuenta en la única entrevista que ha concedido en toda su vida, no leyó un solo libro hasta los veintiún años, cuando se alistó en el ejército, lo destinaron a Alaska y sus alternativas de ocio se vieron drásticamente reducidas.
En la universidad consiguió una beca que le permitió viajar por Europa y establecerse durante un año en Ibiza, en 1967. A continuación publicó su primera novela y se instaló en El Paso (Texas) donde, según se dice, vivió en moteles durante años hasta que se compró una diminuta casa en la parte trasera de un centro comercial.
La ficción de McCarthy tiene un paralelismo con su propio viaje personal desde el Sureste hasta el Oeste, sus primeras cuatro novelas se llevan a cabo en Tennessee y la más reciente en el Suroeste y México.
Su talento natural para las letras llamó la atención internacional en 1965 con su trabajo «El guardián del vergel», que ganó el premio Faulkner a la Primera Novela. Ésta fue seguida por «La oscuridad exterior» (1968), «Hijo de Dios» y «Suttree», «Todas historias del Sur», góticas, exuberantes y violentas.
Las dos primeras novelas de McCarthy son textos complejos, con abundancia de párrafos desgajados de la trama central y una escritura muy abigarrada. La primera de ellas hace una presentación del tipo de personajes patibularios típicamente McCarthianos, mientras que la segunda se adentra en temas clásicos –narra las postrimerías de un incesto en la Norteamérica profunda de finales del siglo XIX– que obsesionan a un autor empeñado en describir la trágica pugna que acompaña la mala vida y la peor muerte.
«Hijo de Dios» es una novela rural, que se desarrolla en el Tennessee de la década de los sesenta y que nos cuenta la historia de Lester Ballard, un jovenzuelo de orígenes campesinos y marginales, cuya sexualidad reprimida estallará hasta el extremo de convertirse en asesino y necrófilo. Esta novela pasó en su tiempo bastante desapercibida y sus pasajes más escabrosos en algunos casos generaron cierto malestar entre algunos críticos. Algunos de ellos relacionan Hijo de Dios con Santuario, de Faulkner. Pese a que su siguiente novela –Sutree (1979)–, tiene rasgos autobiográficos y un estilo más arriesgado, supone una continuación de los temas planteados en Hijo de Dios.
En 1981, McCarthy recibió el premio MacArthur Fellowship, el tan renombrado «Genius Grant», y usó el dinero para vivir mientras escribía Meridiano de sangre (1985), un western apocalíptico que toma lugar en la frontera de Texas y México justo después de la Guerra Civil. McCarthy incluso aprendió español para darle autenticidad al libro.
En 1992, Cormac McCarthy publicó «Todos los hermosos caballos», el primer volumen de su Trilogía de la Frontera, el cual se convirtió en una sensación ganando el aplauso de la crítica y un gran número de lectores. Se convirtió en un New York Times bestseller y vendió 190,000 copias en tapa dura durante sus primeros seis meses de publicación. Eventualmente, el libro fue galardonado con el premio literario más importante de Norteamérica, el premio The National Book
McCarthy continuó después de «Todos los hermosos caballos» con dos novelas relacionadas para completar la trilogía, «En la frontera» (1994), otra aclamada historia de juventud que encuentra la tragedia en México, y «Ciudades de la llanura» (1998), en la cual reune a los personajes juveniles de «Todos los hermosos caballos» y «En la frontera» y que proporciona la clave para entender la saga.
En la última pieza de la trilogía, «Ciudades de la llanura», se encuentran los protagonistas de las dos novelas anteriores. El mundo preindustrial de los cowboys se mezcla con los autos y las carreteras, la violencia medieval de los burdeles mexicanos con ranchos modernizados.
Cormac McCarthy tiene dos hijos y al momento de escribir esta publicación, vive en el Norte de Santa Fé, Nuevo México. Celoso de su privacidad, rehuye entrevistas para hablar de su vida, su obra o en general, de literatura.
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