Probablemente fue pura suerte lo que hizo que los numerosos radiotelescopios del proyecto Argus apuntasen al sistema estelar de Vega en el momento exacto. Si los telescopios no hubieran estado mirando la estrella esa noche, es posible que los científicos que vigilan las señales captadas por los telescopios nunca hubieran descubierto el primer signo de vida fuera de nuestro planeta. Pero captaron una transmisión de números primos, un mensaje que cambiaría el curso de la historia de la Tierra para siempre. Esa es la premisa de la novela Contacto (Contact en inglés) de Carl Sagan.

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